Formación Docente

¿Qué entendemos por formación docente?

Pensar la formación docente es abordarla como  trayectoria de formación, recorridos que ponen en juego sujetos, grupos, instituciones a lo largo del tiempo.

Trayectorias diversas, situadas, que se entrecruzan con otras y van marcando un itinerario particular, ligado a  experiencias escolares, familiares, sociales, políticas y culturales. En este sentido la formación docente remite a un devenir, a un proceso que articula contextos, sujetos, aprendizajes e historias en función de prácticas sociales y educativas.

Intentar una mirada compleja e integradora de la educación y la formación docente  implica una transformación fundamental de nuestro modo de pensar, percibir  y valorar la realidad signada por un mundo global que interconecta pensamientos y  fenómenos, sucesos y procesos, exigiendo un abordaje interdependiente y de contextualización múltiple.

Formacion docente

 Pensar la formación docente es reflexionar sobre la relación dialéctica entre formación, historia y política, posibilitando la reconstrucción crítica del conocimiento y la acción, de las prácticas pedagógicas y sociales a través de nuevas perspectivas de comprensión. 

Pensar la formación docente es  pensar en prácticas sociales protagonizadas por sujetos en espacios institucionales singulares, en  formas de trabajo y modalidades de gestión, en tiempos, encuadres, tareas y encuentros. Implica, en este sentido, considerar las tramas interpersonales, culturales,  micropolíticas en las cuales se desarrollan las prácticas de formación y el curriculum, las prácticas pedagógicas en las escuelas, la comunidad y la vida.

Pensar la formación docente…

Formacion docente

 Pensar la formación docente es visualizar la escuela, no como un elemento reproductor de la  comunidad en general, sino como uno de los mecanismos en la generación y consolidación de la  comunidad en particular, el pueblo, el barrio.  La escuela ya no se inserta en la comunidad, sino que  la crea y la recrea, constituyéndose, por tanto en un elemento esencial  de la reconstrucción de la ciudadanía.

 El carácter integral de la formación docente, tal como lo plantea la Ley de Educación Nacional, da cuenta de la necesidad de la integración dialógica de la formación inicial y continua con la investigación y la extensión comunitaria, sin que esto implique que sean subsidiarias estas últimas de la primera; es decir, de las diferentes  funciones que pueden asumir los Institutos de Formación Docente.

 Si bien la consideramos como un proceso permanente, la formación docente inicial tiene que generar las bases para habilitar modos y prácticas de intervención que promuevan la posibilidad de pensar la escuela como ámbito en el que los espacios y tiempos faciliten, el encuentro para la reflexión y el pensamiento complejo, y  posibiliten la restitución del deseo de aprender.

Pensar la formación docente…

En los Lineamientos Curriculares Nacionales para la Formación Docente Inicial se asume que los docentes son trabajadores intelectuales y trabajadores de la cultura que forman parte de un colectivo que produce conocimientos específicos a partir de su práctica. Desde esta perspectiva, se piensa la formación docente como un trabajo que se configura con las siguientes características: práctica de mediación cultural reflexiva y crítica, trabajo profesional institucionalizado en el marco de la construcción colectiva de intereses públicos, práctica pedagógica construida a partir de la transmisión de saberes a los sujetos  en contexto.   

JUNTO A LA DOCENTE TRABAJAN EN EL DIA DE LA MEMORIA

Recuperar el sentido político e ideológico de la formación es un aspecto central, ya que como espacio de construcción tiene que apuntar a la autonomía y propiciar la enseñanza como tarea específica de carácter ético y político.

                      (Extraído de los Diseños Curriculares del Profesorado de Educación Primaria)